INGREDIENTES:

  • Muslos de pollo troceados
  • Ajos
  • Aceite de oliva virgen
  • Vino blanco
  • Sal
  • Pimienta negra
  • Romero y tomillo

1

En una tartera o cazuela baja con aceite doramos los ajos sin pelar (en camisa), que habremos aplastado previamente. Cuando empiezan a estar dorados añadimos una ramita de romero y otra de tomillo fresco (o seco, en su defecto) y dejamos infusionar bien el aceite a fuego más bajo.

2

Salpimentamos los trozos de pollo. Retiramos del aceite los ajos y las hierbas y en ese mismo aceite doramos bien el pollo. Añadimos un buen chorro de vino blanco (txakolí en nuestro caso) y dejamos cocinar unos veinte minutos. La salsa debe ir oscureciéndose con los jugos del pollo y espesando por la gelatina que han soltado los ajos.

3

Servimos el pollo regándolo con la salsa, acompañado de los ajos y de las hierbas aromáticas.

También se puede acompañar con unos pimientos del piquillo confitados. Si se desea un pollo más desgrasado se le puede quitar la piel.

Bernardo I. García de la Torre

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